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CULTURA INDEPENDIENTE


 CULTURA INDEPENDIENTE
Armando Salzmann es el Director y uno de los fundadores del centro Cultural de la Hendija que en Abril Cumplió 23 años. Armando nos cuenta sobre sus inicios y como es llevar adelante un espacio cultural de manera independiente.
¿Como es encarar estos proyectos autogestionados? uno supone no es fácil?
Uno siempre esta con la idea de algo, desarrollar un proyecto…no tanto con la idea de llegar a un punto o celebrar una cifra en si. No es sencillo como todo emprendimiento de estas características, sobre todo cuando decidís trabajar a distancia del Estado, lo cual no es nada más que una elección, no es una toma de posición con respecto a algún gobierno. Cuando hablo de distancia quiero decir a una forma de generar que no tenga que ver con la estatalidad. No es que dependa de la mayor o menor inteligencia de un funcionario de turno o la mayor o menor intención de ayudarte. Se trata de una concepción, de una forma de trabajar del poder que no puede ser de otra manera más allá de los nombres. Con respecto a eso, nosotros decidimos tomar otro camino independiente, que  tiene superficies de contacto con el Estado porque nosotros trabajamos en una ciudad y justamente son las ciudades los núcleos duros del capitalismo. En estos tiempos, así como en el 95 en la época de Mémen donde avanzo el neoliberalismo y que se creía que proyectos como el nuestro nunca mas iban a volver, ahora se avanza hacia una concepción de estatalidad que parece que todo hay que hacerlo bajo la tutela del estado, y a nosotros no nos parece ni bien ni mal, simplemente tomamos otro camino de decidir en “la intemperie”, como  nos gusta decir…que esta buenísimo, pero también hay que aguantarsela.
¿Como surge la idea de generar un espacio cultural y porque el nombre la Hendija?
El proyecto arranca con la democracia, nosotros empezamos a arreglar este lugar en el año 83, estuvimos 6 años para poder reparar o construir lo que seria la sala uno, que es la sala con butacas que la gente conoce y con una galería de arte. El origen del proyecto son esos sueños de la adolescencia de los años 70, donde a quien nos interesaba producir algo en cultura o en arte teníamos que terminar acordando o con alguna autoridad o con el sponsor de un entidad bancaria. No había lugares donde en forma independiente o autogestionaria uno pudiera demostrar a sus semejantes su producción acá, en un acá que no es solamente geográfico, es un acá de quienes transitan una forma de producción. Por La Hendija ha pasado gente de todo el país y del extranjero. Esa es la idea original y la que ha durado estos 23 años.
 El nombre la Hendija es porque cuando estábamos arreglando el lugar, muy despacio, con elementos que conseguíamos, canjeando  trabajo, etc.,  en esa etapa inicial el lugar era usado como taller de pintura por Guillermo Heineken, el Tati Zapata y por Gabriel Bergman. Era un espacio de producción colectiva que tuvo mucha potencia en Paraná. Con ellos un día leíamos un párrafo de una película que hacia referencia a los trenes de la Segunda Guerra Mundial donde los prisioneros que iban a los campos de concentración habrían hendijas en los vagones para que saliera la voz y entrara aire fresco. En esa época no sabíamos el nombre que le íbamos a poner. Entonces alguien comenta, ¡pero si eso es lo que estamos haciendo nosotros! estabamos abriendo una hendija en medio de esta situación, porque ya estaba el alfonsinismo en plena caída, se venia el neoliberalismo de Ménem…el crematorio estaba a vista.

En La Hendija hay dos salas de teatro, música y cine, una galería de arte, una radio de frecuencia modulada: Radio Cualquiera 94.3 que transmite también por internet en www.radiocualquiera.org.ar y un proyecto editorial: Editorial Fundación La Hendija.