La Alita de Mosca es una droga muy corriente y de fácil acceso en todas las ciudades, llego
para reemplazar a otras, como ser la cocaína. Son las drogas denominadas “mata
pobres”, aunque esta sea consumida por todas la clases sociales. Sin embargo es
en los barrios mas vulnerables donde es
mayor su consumo. El caso es que la Alita de Mosca es mucho más nociva y
destructiva que su parienta la cocaína. Esta variedad se hace con las sobras de
la cocaína y es de muy mala calidad. Según dicen los expertos en la última
parte del proceso se le agrega muchas sustancias y todas tóxicas, entre las que
se cuentan lavandina, acetona y otros elementos químicos, se dice comenzó a
elaborarse en Perú. En el transcurso de
su elaboración, se transforma no en polvo, sino en “escamas” trasparentes que
se asemejan al ala de una mosca en tamaño y estructura, aunque el brillo
nacarado es responsabilidad de otro elemento conocido como Fenacetina. Debe
entenderse que el consumo de esta sustancia tiene un efecto desbastador si se
la ingiere con la misma voracidad que la cocaína. El consumo desmedido de
“alitas de mosca” provoca todo tipo de trastornos no sólo a nivel físico, sino
en particular a nivel cerebral, teniendo en cuenta que la Fenacetina (analgésico
toxico prohibido) está presente en la parte final de la elaboración del
producto.
El efecto inmediato puede producir serios trastornos en el
habla como la Apraxia, donde el sujeto
se ve imposibilitado de reproducir lo
que quiere decir, o sea, sabe qué palabras quiere utilizar, pero el cerebro
tiene dificultad en coordinar los movimientos musculares necesarios para
decirlo, por lo que es muy probable que la ingesta habitual de la sustancia
provoque serias lesiones a nivel cerebral. Además provoca taquicardia, aguda
somnolencia, por lo que al consumidor se le hace casi imposible conciliar el
sueño, bruxismo (dientes apretados) y la necesidad de seguir consumiendo
mayores dosis. Estas drogas mata pobres representan un gran riesgo social dado
la facilidad para conseguirlas y el nivel de destructividad que representa. No
es casual que este en el mercado ilegal como forma de control poblacional y
como control social, como método sistemático de destrucción física y mental de
la juventud.
La complicidad de los narcos y quienes regentean el negocio,
la policía, la hace no solo un negocio redondo para sostener el status quo y
los intereses de quienes detentan y sostienen la corrupción política y
empresarial, sino una forma de dominación de amplios sectores de la población.
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